Cinco Premios Nobel de la Paz reclaman a la ONU saldar su deuda con Haití

S.E. Antònio Guterres
Secretario General de la ONU
Nueva York, NY 10017

De nuestra mayor consideración,

Reciba en primer lugar un abrazo fraterno y nuestros mejores deseos para su gestión. Aprovechamos para expresarle nuestra disposición, ahora como siempre, para apoyar todo esfuerzo de las Naciones Unidas en bien de los derechos de las personas y los pueblos, los derechos de la naturaleza y el de todas/os a vivir en paz.

Es en este sentido que queremos señalarle nuestra profunda preocupación ante la falta total de justicia y una respuesta reparadora contundente e integral para las personas, familias y comunidades en Haití, que han sido las víctimas directas del balance catastrófico de la MINUSTAH en términos de derechos humanos.

Son miles las mujeres, niños y niñas violadas o explotadas sexualmente, muchas de ellas abandonadas con niños sin que los soldados de la Misión reconozcan su responsabilidad. El informe de la misma ONU, sobre "El nuevo enfoque frente al cólera",  reconoce que el número de personas muertas, tras la introducción de esta enfermedad por las tropas de la MINUSTAH, es muy probablemente 3 veces mayor que la cifra oficial de 9.483 hasta enero 2017.

La impunidad de estas violaciones a los derechos humanos, junto a la negación de responsabilidad de la ONU durante 6 largos años, siguen provocando estragos al pueblo de Haití. Repugnan además la conciencia de la humanidad, socavan los avances de la comunidad internacional en materia de protección humanitaria y comprometen gravemente la credibilidad y la capacidad de actuar de la ONU.

Su antecesor, antes de partir, hizo un reconocimiento público importante, aunque tardío y parcial, de la responsabilidad de la ONU. Lanzó un programa ambicioso para indemnizar a las víctimas, erradicar el cólera y lograr agua potable y saneamiento para el 80% de la población de Haití que hoy carece de acceso a este derecho humano básico. Ud. ha planteado con aún más fuerza, la obligación de la ONU de asumir su deber de reparación y de poner fin a la explotación sexual que se reconoce como sistémica entre las fuerzas llamadas de paz, junto a su impunidad. Aplaudimos este enfoque, así como el haber reconocido la necesidad de involucrar directamente a quienes han sufrido la violación a sus derechos humanos en el diseño y ejecución de las políticas reparadoras.

Ud. mismo denunció, sin embargo, en su Informe reciente sobre la MINUSTAH, la falta de compromisos para el financiamiento requerido. Es urgente revertir esta situación donde, conforme sus propios intereses, un puñado de países poderosos impulsa la creación de misiones llamadas de paz, se costean las mismas con cuotas obligatorias pero se deja que la reparación de sus daños corre por cuenta de eventuales aportes voluntarios. 

Señor Secretario General, el pueblo de Haití tiene derecho al respeto y al respaldo de la ONU y del conjunto de la comunidad internacional, en su lucha por asegurar su soberanía, su autodeterminación y la vigencia de todos sus derechos incluyendo el control sobre los bienes comunes que hacen a su sobrevivencia y buen vivir. Por eso, aplaudimos la recomendación que Ud. ha formulado para poner fin a la MINUSTAH. Lo que Haití precisa es cooperación, no tutela ni menos ocupación.

Junto a numerosas organizaciones y movimientos de Haití, América latina, el Caribe y otras partes, desde sus inicios cuestionamos el sentido de la MINUSTAH, por entender que nunca fue una respuesta acorde a esos derechos sino más bien una continuidad de la ocupación centenaria estadounidense. Denunciamos que se afirmaba burlonamente que Haití constituía una amenaza para la seguridad hemisférica, a fin de justificar el despliegue de una misión que más bien se mostraba como peligro cierto para la seguridad del pueblo haitiano.

Ahora, con el fracaso de la MINUSTAH a la vista, a la luz de los objetivos planteados año tras año por el Consejo de Seguridad, y retrocesos que les llevarán años revertir al pueblo haitiano, denunciamos que cerrar la Misión sin reparar los daños provocados no es más que un anticipo de peores desastres.

Por lo que rechazamos la propuesta que se aplique el presupuesto remanente de la misión para prolongar durante seis meses el período de cierre, en vez de cubrir la obligación prioritaria de reparar las violaciones masivas a los derechos humanos por ella cometidas. Señor Secretario General, es urgente e indispensable que la ONU salde esta deuda con el pueblo de Haití, sobre todo en un contexto de agravación de la crisis sistémica que vive ese país.

Solicitamos encarecidamente que revea esta propuesta y que extreme las medidas para asegurar que Naciones Unidas, el conjunto de sus países miembros y sobre todo los que han impulsado esta misión y se han beneficiado de sus acciones, reparen al pueblo de Haití, a las víctimas directas, sus familias y comunidades, los daños y violaciones a los derechos humanos provocados por la MINUSTAH.  Por el bien de ellos, así como de todos los pueblos que conformamos las Naciones Unidas.

Sabemos que los desafíos que Ud. enfrenta son enormes y que las obligaciones pendientes corresponden colectivamente. El mundo entero precisa de líderes a la altura de las circunstancias, y esperamos de Ud. en especial, la sabiduría y el coraje necesarios para avanzar en este sentido. Solo cumpliendo con el verdadero deber de la organización y resolviendo una parte importante del desastre dejado en Haití, en especial a su población más vulnerabilizada, será posible recuperar los principios y valores que dan razón de ser a la ONU y abrir caminos de justicia y de paz.

Con el abrazo fraterno de Paz y Bien,




    Adolfo Pérez Esquivel                                                         Jody Williams
  Premio Nobel de la Paz 1980                                      Premio Nobel de la Paz 1997



Betty Williams                            Shirin Ebadi                   Rigoberta Menchu Tum
Premio Nobel de la Paz 1976   Premio Nobel de la Paz 2003      Premio Nobel de la Paz 1992


-Buenos Aires, 11 de abril de 2017


cc. Misiones permanentes de los países miembros del Consejo de Seguridad y/o contribuyentes de tropas o policia


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